
Campeonato Argentino Amateur - Día 4: Es dura la vida del gaucho
El día de cierre de la apretada agenda marcaba una nueva doble ronda, esta vez comenzando bien temprano a las 10:00 con la R6 y cerrando 14:00 con la R7.
Ronda 6:
Daniel quedó libre y se fue de recorrida matutina en plan de compras.
Mi primer desafío fue muy exigente, enfrentando al vigente campeón argentino Sub-10, el talentoso León Medero Miño, que venía de poner en aprietos al puntero del torneo en la ronda anterior. Un desafío complejo porque psicológicamente es difícil enfrentar a un gurrumín que apenas se despega de la silla, pero que juega como los dioses y viene creciendo vertiginosamente. Esta vez preferí comenzar con peón dama y se planteó una variante muy teórica de la India de Rey variante del fianchetto. Mi joven rival eludió impecablemente las primeras escaramuzas y entrando en un medio juego balanceado, estando todavía yo con bastante libro por delante, ofrecí las tablas, que fueron aceptadas de buen gusto. Quizás en unos años pueda ufanarme de este pequeño gran logro. Sexta ronda sumando de a medio punto para llegar a 3 unidades.
Andrés se midió con negras con el cordobés Adolfo Soto (1923). Nuestro jugador quiso sorprender con una línea secundaria de la Defensa Philidor, que resultó estar en el radar del rival. Se produjo un medio juego de lentas maniobras en el flanco de dama, donde Andrés tuvo un ápice de ventaja que no pasó a mayores. La posición se secó y cuando se alcanzó un prefinal de torres y alfiles de distinto color, sin mayor vida, se firmó rápidamente la paz.
Ronda 7:
Daniel condujo las blancas y cerró un torneo olvidable midiéndose ante el colíder de las primeras rondas, Cristian Zárate, un fuerte jugador de Derqui. Todo comenzó con una Defensa Nimzoindia por trasposición, donde el de Adrogué se enrocó largo y lanzó un furioso ataque al enroque opuesto. Dani sacrificó un caballo y había conseguido una prometedora posición de ataque, que lamentablemente dilapidó dejándose dar mate en 2.
Andrés acordó unas rápidas tablas conduciendo las blancas ante Brandon Fiorenza (1934), luego de ganar un peón tras una Defensa Siciliana variante Rossolimo. Seguramente el intenso trajín del torneo y las extensísimas batallas que libró en las rondas previas, lo alentaron a dar por terminada su actuación en el certamen.
Mi cierre tampoco fue muy inspirador que digamos. Jugué con negras ante el fuerte jugador de Bolívar, Matías Rodríguez Lezcano (2072), en una partida donde casi no tuve tiempo de preparar. Se planteó el dudoso sistema Rapport-Jobava, donde obtuve ligera ventaja a lo largo del medio juego, pero sin llegar a estabilizar por completo la posición. Lamentablemente quedé muy apurado de tiempo en una posición de doble filo, ante un rival que jugaba mecánicamente (y muy bien en una línea que conocía al dedillo), encadenando errores que me llevaron a una lastimosa derrota.
En conclusión, magros resultados para los tres: Daniel quedó con 2 unidades, Andrés 2.5 y este cronista 3.
El torneo fue ganado por el rosarino Pablo Mizzau (2209), que dominó la prueba de punta a punta. Luego del sofocón al que lo sometió Andrés en la R2, mostró un gran ajedrez y es el nuevo campeón argentino Sub-2300. Completaron el podio el marplatense Franco Quezada (2177) y el salteño Jorge Sipaila (2060).
Emprendimos el regreso rápidamente, sin aguardar la ceremonia de premiación, para ganar precioso tiempo de luz natural en el largo camino de regreso a casa, donde se nos unieron Wilder y Thiago Chocala.
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